El Liberarse


Tras mantener de generación en generación una serie de reglas, códigos, prácticas rígidas y memorísticas en las escuelas, colegios y universidades, de donde se levanta aquel muro que divide al alumno del profesor, y al hijo del padre; se admite que los progenitores, maestros y autoridades están dispuestos a todo, menos han romper esas normas que han seguido tantos años, aprendidas de sus antepasados y protegidas como reliquias valiosas desempolvándolas y volviendo a difundirlas. Con esto, llegamos a la conclusión de que es hora de cambiar esa cultura conservadora que llevan los establecimientos y la vida misma.
Este cambio inicia, con la posibilidad de rebelarse contra lo establecido, de liberarse de la inconformidad humana que se vive y de luchar contra los dogmas fundados en la sociedad y contra los estándares de valores planteados en los colegios, lugares de trabajo y hasta en el propio hogar. La modificación de esa rutina de cambios continuará al ser partidarios de la frase: “Carpe diem”, “Aprovechar el momento”, la cual se aprende de la película: La Sociedad de los Poetas Muertos”, 1989, escenario de la misma un colegio ultra católico, tradicional, rígido, exigente llamado Welton, en donde se muestra el conflicto que ocurre entre los métodos “dormidos arcaicos de enseñanza” y el “despertar de librepensadores”.
No basta con sólo haber aprendido a decir: “Vivamos el momento”, “Disfrutemos cada día como si fuera el último”, sino hacer que estas frases cumplan o ejerzan su función en nosotros, al sumergirnos en la búsqueda de nuestra propia identidad y de nuestras vocaciones, de hacer todo con ganas y pasión no por obedecer orden alguna por parte de nuestros maestros de conocimiento, los profesores, y por parte de nuestros maestros de la vida, los padres. Es simple, hay que disfrutar siempre lo que se hace, no tomar nuestras actividades como castigos.







En tiempos pasados, los profesores esperaban aquella actitud pasiva por parte del alumno donde debía callar y tolerar mientras recibía la educación, sin tener derecho a expresar un pensamiento crítico. Convirtiéndose en seres mecánicos que receptaban información y elaboraban sus tareas por neto impulso de cumplimiento ante el maestro. La labor efectuada por el educador de la película, fue fascinante, el de instruir de un modo más humano, más profundo, volviéndose amigo de los estudiantes, les llevó a una felicidad esperada de sentirse de lleno, unos aprendices del camino de la vida, con dirección hacia el mundo reflexivo de la realidad, entrenándose para adquirir pensamientos críticos ansiados.

Es un tanto extraño pensar que la mayoría de jóvenes tengan que liberarse de sus fantasmas, enfrentando sus profundos miedos provocados por sus padres, quienes pretenden de sus hijos elaborar “productos de éxito”, sin detenerse a pensar, sentir y contar con la opinión de los “materia prima”, consecuencia de una anterior frustración adolescente que piensan sanarla a través de sus hijos. Dando gracias a Dios, no he sido víctima de transformación por complacer a los demás, tengo el privilegio de tener a unos padres comprensivos, que a la hora de tomar mis decisiones y dejar que sueñe hasta llegar a obtener lo anhelado.

Gracias a los sueños, el ser humano puede ser feliz, porque a través de ellos puede dejar volar su mente, ser libre, deseando lo imposible, y pensando positivamente que logrará alcanzarlo algún día. Talvez en sí, la felicidad esta relacionada con ser realistas en nuestros sueños, y la libertad en los sueños es lo que nos hace sentirnos felices. Esa libertad que está ahí presente en el aire, y nos hace que volemos cual pájaros en el viento, la misma que nos motiva a que busquemos nuestra propia forma de vida, a que no nos dejemos conducir e inculcar por los demás, a que utilicemos nuestra inteligencia para alcanzar nuestro propio arco iris para vivir libres y felices.

Recordemos entonces: "La exageración de mando corta el despegue de las naves".

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